VALÈNCIA. Vicente Barrera (València, 1968), licenciado en Derecho, torero retirado y militante de Vox, fue nombrado vicepresidente primero del Gobierno valenciano y conseller de Cultura y Deporte gracias al pacto entre PP y Vox que permitió a Carlos Mazón ser nombrado presidente del Consell tras las elecciones del 28 de mayo.
Cuando se anunció que Barrera ocuparía esa cartera, se convirtió en una de las grandes incógnitas del nuevo gobierno de PP y Vox, ya que el partido de Santiago Abascal se presentó a las elecciones autonómicas sin contenido cultural en su programa electoral. Su proyecto se ha ido conociendo a cuentagotas, principalmente a través del presupuesto de 2024. La pasada semana, su área era el foco de la actualidad tras el cese por "irregularidades y mala praxis" del gerente del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, una salida que ha provocado las protestas de las principales asociaciones culturales de València.
Sobre estas cuestiones y su proyecto para Cultura hablamos con Vicente Barrera en esta entrevista que tiene una segunda parte centrada en el proyecto político de Vox.
-¿Es el cese de Pérez Pont un cese político?
-A lo mejor fue un nombramiento político, yo eso no lo sé. Lo que sí que tenemos claro es que cuando entró el anterior gobierno cesó a alguien para poner a Pérez Pont, lo cual me parece maravilloso. Cuando llegamos hace cuatro meses, una de las primeras cosas que hicimos fue, a través de la Intervención General y de la Sindicatura de Cuentas, pedir informes de los entes públicos. De algunos de ellos ya existían, de otros no y se están elaborando. De donde más existían era precisamente del Consorcio de Museos, informes que dicen claramente que se han cometido irregularidades graves, además de que existe una sentencia en firme contra el patrimonio. No es nada contra el señor Pérez Pont, ni siquiera contra su gestión, porque entendemos que la gestión ha sido la dirigida, en este caso, por el tripartito. No es una cuestión de ideología. Se han detectado graves irregularidades que están avaladas por el Servicio de Intervención General de la Generalidad y la Sindicatura de Cuentas. Esta es la reacción normal. A lo mejor lo que habría que preguntar es que si esos informes ya existían y eran conocidos por los responsables anteriores, ¿por qué se mantuvo [al gerente]? A lo mejor sí fue por ideología. En este caso, no lo ha sido.
-Precisamente la única representación no política en el Consejo General del Consorci, el Consell Valencià de Cultura, votó en contra del cese. Esta misma semana, de hecho, Dolors Pedrós decía que "después de haber mirado todos los informes no hemos visto que haya ningún motivo, más bien todo lo contrario".
-Evidentemente, pasamos esos informes a todos los que tenían que votar y cada uno lo valora de una manera. Está en su derecho de valorarlo de esta manera, pero desde esta vicepresidencia no se valoró así, ni se ha valorado así desde el resto de instituciones que también votaban. Cada uno es libre. Yo, en mi obligación, tuve que dar los informes a todo el mundo. Que la señora representante [del CVC] votara en contra me parece legítimo.
"EN EL CONSORCI DE MUSEUS ha habido una unión de facultades en torno a una persona que no es sana"
- ¿Son estas "irregularidades" de las que habla una línea roja para la Conselleria de Cultura? Dicho de otra manera, si nuevos informes detectaran irregularidades en otros centros, ¿también se cesará a quien corresponda?
-Por supuesto. De hecho se están pidiendo estos informes. Nosotros somos herederos de una gestión que desconocemos y es lógico que preguntemos cómo se han hecho las cosas. Cuando se detectan irregularidades, no es que queramos o no queramos, debemos proceder a cambiar las cosas. En el caso del Consorcio de Museos hay otro tema que es importante señalar. Nosotros vamos a cambiar, no solo en este caso al gerente, sino el modelo. Creemos que ha habido una unión de facultades en torno a una persona que no es sana para la administración, donde [Pérez Pont] acometía unas funciones de director artístico y también de gerente. Nosotros vamos a hacer una diferenciación en esas dos figuras para que precisamente haya un control. Ese contrapoder no existía en el CCCC, en el Consorcio. Queremos cambiar el modelo porque creemos que el modelo que se ha seguido no es sano.
- Tras el cese, la gerencia del Consorci la asume ahora la secretaria autonómica, Paula Añó, a la espera de la selección de un director artístico y una nueva gerencia, ¿qué plazos tienen para cubrir la dirección artística y la gerencia?¿Será por concurso?
-Va a ser muy rápido. Las situaciones interinas siempre deben ser rápidas. No me atrevo a dar un plazo, pero le aseguro que va a ser un plazo relativamente corto. Se van a hacer las elecciones de acuerdo a lo que marquen los propios estatutos y cumpliendo rigurosamente la ley.
-Hasta que llegue, ¿quién asumirá la dirección artística?
-Nosotros vamos a seguir ejercitando el contenido que ya estaba proyectado por el gerente saliente, no vamos a dejar de hacer lo que ya estaba proyectado.
-¿Se generarán nuevos proyectos artísticos en este periodo de transición?
-No.
-Ha habido muchas reacciones contra el cese, entre ellas las del propio exgerente, que durante la concentración en el CCCC señaló que con el Botànic ha trabajado "con libertad, independencia y sin injerencias políticas" algo que "comenzaba a no suceder".
-No es cierto. Es legítimo que puedan estar de acuerdo con la decisión y es legítimo que haya gente en contra, pero es una decisión avalada por unos informes contra unas irregularidades graves. ¿Qué ha habido una injerencia? Yo soy el máximo responsable y no le he dado ningún instrucción al señor Pérez Pont y ahí está lo que ha hecho durante estos meses, que ha sido lo mismo que tenía proyectado antes de que se ganaran las elecciones, en este caso por el Partido Popular y Vox.
"MUCHA DE LA programación del INSTITUT VALENCIÀ DE CULTURA ha sido politizada durante todos estos años"
- Decía antes que este cese se enmarca en un proceso general de auditoría de los organismos públicos, ¿se han detectado otras irregularidades o deficiencias en la gestión de los organismos culturales?
-Me va a permitir que sea muy cauto, porque no quiero levantar ningún velo de sospecha ni ninguna alarma. Nosotros estamos haciendo estas auditorías, es verdad que lo que venía de más atrás era lo del CCCC porque ya habían bastantes informes. En principio, como digo, si hay cosas graves se tomará la misma decisión que se ha tomado en este caso.
-Se ha cesado a Pérez Pont pero también se ha anunciado el cese de los tres directores adjuntos del Institut Valencià de Cultura (IVC), Marga Landete, Francesc Felipe y Roberto García, ¿esta decisión también se basa en "irregularidades"?
-No, esos ceses corresponden a que nosotros tenemos también que dirigir la política cultural. Queremos apostar por una política blanca. Se lo voy a explicar. Si usted ve la programación del IVC, mucha de ella ha sido politizada durante todos estos años. No creemos que sea justo, lógico ni asumible que con el dinero de todos se haga política y se intente colonizar conciencias. Nosotros creemos que la cultura, cuando además está pagada con dinero público, no tiene que ser un medio político. Y esto es lo que se ha hecho desde estas tres direcciones artísticas o hemos entendido que se ha hecho. Queremos ir hacia una cultura blanca, donde no sea un arma de colonización de conciencias y de adoctrinamiento político. Eso es lo que vamos a hacer y es nuestra responsabilidad. Parece que cuando viene la izquierda y hace cambios todo es maravilloso y que cuando vienen los cambios en el sentido contrario estás reprimiendo a alguien. Nosotros no venimos a reprimir a nadie. Lo que vamos a hacer es una política cultural blanca, donde la gente vaya a disfrutar del cine, del arte o del teatro, pero no tiene por qué haber un contenido ideológico detrás.
- ¿Me puede poner algún ejemplo concreto de esta programación "politizada"?
-Esto no es precisamente del IVC, pero el otro día había un documental [Marina, unplugged] sobre el lenguaje que utiliza la extrema derecha. No hay más que ver la programación que se ha hecho durante estos años. Insisto, creo que no es ético utilizar el dinero público de todos para atacar a una parte del espectro político concreto o para adoctrinar en política a través de la cultura. A mí no me parece bien y le aseguro que yo no lo voy a hacer.
-Como decía, este ejemplo corresponde a La Mostra, que depende del Ayuntamiento de València. En el caso del IVC, ¿tiene algún ejemplo que me pueda mencionar?
-Hay muchísimos ejemplos. Hay un montón de exposiciones, de obras, etcétera, que están relacionadas directamente con las banderas que ellos tradicionalmente enarbolan a favor de ideologías políticas. No le quiero dar un ejemplo concreto de esto o de aquello, porque ahí está la programación y la puede observar cualquiera. Nuestra responsabilidad es que la cultura no tenga ningún color político. ¿Por qué cuando viene un color político y hace cambios, todo el mundo está contento y todo el mundo lo asume por naturalidad y cuando viene otro color político y hace cambios los de siempre se tiran las manos a la cabeza? Pues, oiga, esto es el juego de la democracia.
"no comparto que La Mostra tenga que desaparecer. Quizás haya que darle una repensada"
- Su compañero de Vox en el Ayuntamiento, Juanma Badenas, afirmó que "La Mostra debería desaparecer", un festival que calificó de "chiringuito". En tanto que colaboradores habituales del festival, a través del IVC, ¿comparte estas declaraciones?
-El señor Badenas tiene, a veces, ideas propias y muchas de ellas yo no las comparto. Yo no comparto que La Mostra tenga que desaparecer. Quizás haya que darle una repensada. Insisto, es que la cultura no sé por qué se ha ideologizado muchísimo durante estos años. Cuando uno habla por la herida, desde la posición del señor Badenas, a lo mejor va un poquito más allá de lo que yo creo que pensamos todos. Las cosas hay que mantenerlas, pero hay que naturalizarlas de manera que no estén siempre en contra de alguien y, además, siempre en contra de los mismos.
-Más allá de los quiénes, le quería preguntar también por el qué. Con el Botànic, el Centre del Carme pasó de una propuesta más vinculada al arte clásico –con Felipe Garín- a ser un centro cultural contemporánea. También ha sido subsede del IVAM, ¿está entre sus planes cambiar de nuevo el perfil del espacio?
-La idea del proyecto es darle libertad tanto al nuevo gerente como al director artístico que está por entrar para que ellos hagan una programación. Yo no me voy a meter si quieren seguir con una programación de arte contemporáneo, me va a parecer perfecto siempre que sea atractiva para el público. No vamos a dirigir la política cultural desde esta Conselleria. De hecho, en estos cuatro meses nosotros no hemos dicho nada a nadie. No hemos dado ninguna instrucción. La única instrucción que vamos a dar es que salga la política de la cultura.
- Por concretar, si en este proceso de selección se presentara un director con un proyecto centrado en el arte clásico, ¿están abiertos también a que el CCCC cambie de perfil?
- Estamos abiertos a que se presente cualquier proyecto, sea en la línea que existe actualmente o sea en una línea diferente, y sobre esos proyectos los responsables que tengamos que decidir cuál es el ganador, pues decidiremos. No estamos cerrados a nada. No estamos diciendo ni que se tiene que mantener la línea actual ni que se tiene que cambiar. Estamos abiertos a cualquier propuesta y según salgan esas propuestas se decidirá.
- En el caso del IVAM tiene dos cuentas pendientes de la pasada legislatura: por un lado, el impulso a la subsede del Parc Central anunciada hace tres años, y por otro el anuncio de donación de la colección de la fundación Per Amor a l’Art, ¿se ha avanzado en alguna de estas cuestiones?
-Se empezó a hablar desde el anterior gobierno con Bombas Gens con la idea de asumir la gestión. Es un tema que nos hemos encontrado absolutamente parado. Ni por parte de los propietarios actuales de Bombas Gens se han vuelto a poner en contacto con esta nueva administración ni nosotros, es verdad, nos hemos puesto en contacto con ellos, con lo cual es un tema que está en stand by. [Sobre la subsede] habrá que ponerlo en marcha, pero las cosas de palacio van despacio. Nos hemos encontrado con una situación económica calamitosa. Quisiéramos hacerlo todo al momento, pero desgraciadamente el dinero es lo que al final mueve todo. Tenemos 57.000 millones de euros de deuda. En el último año, en el 2022, hubo un déficit público de 3.860 millones de euros. Yo podría ir por ahí como Cid campeador, haber pintado otros 100 millones de euros para esta Conselleria y decir: voy a arreglar esto, voy a arreglar aquello, voy a poner en marcha esto. Este es otro tema que es importante también hablar en la cultura. Desgraciadamente, los fondos son limitados y no podemos gastar más de lo que ingresamos. Todo no se puede hacer. Y en esta nueva etapa, lo primero que hemos tenido que hacer es recortar algo y ajustar algo en los presupuestos de cultura.
- Quería preguntarle una partida en los presupuestos de 2024 que fue llamativa, la de la Fundación del Toro de Lidia...
- Lo que es llamativo, utilizando su misma palabra, es que durante todos los años que llevamos funcionando en la democracia la Conselleria de Cultura haya destinado fondos públicos para toda la cultura y jamás se haya destinado un euro para la promoción, ayuda y fomento de esa parte de la cultura que es la tauromaquia. Yo lo que he venido es, precisamente, a hacer lo que es llamativo y que no se ha hecho durante 40 años. Dicho esto, ¿qué es lo que yo voy a hacer con la partida de 300.000 euros que se aporta a la Fundación Toro de Lidia? Necesitaba un mecanismo para vertebrar la cultura taurina, a la vez que estoy ayudando a los más noveles, a todo lo largo y ancho de nuestra comunidad. ¿Por qué? Para que algunos pueblos que hace muchísimos años que no han tenido la oportunidad de tener una novillada, de tener un festejo taurino, pueda tenerlo y no tenga que irse siempre a Castellón, Valencia o Alicante.
"Lo que ha molestado es que por fin alguien se acuerde de esa Cenicienta de la cultura que es la tauromaquia"
Para esto necesito, evidentemente, un vehículo, no puedo ser empresario taurino, ¿qué vehículo he encontrado? La Fundación Toro de Lidia, que ya está trabajando en ese sentido, por ejemplo, con la Comunidad de Madrid, con la de Castilla y León o con Extremadura. Esto no significa que el dinero vaya a la Fundación Toro de Lidia, que es una fundación sin ánimo de lucro, lo que va a hacer es darme un instrumento para traer novilladas e invertir el dinero en Valencia, en hacer espectáculos taurinos en Valencia. Lógicamente tendremos unas bases donde se potenciará o se puntuará en mayor medida cuando sean ganaderías de origen valenciano, cuando sean novilleros de origen valenciano, cuando sean banderilleros de origen valenciano, etcétera. No creo que pueda asombrar tanto que el hecho de que la razón social de esta fundación esté en Madrid, porque lo que importa es dónde se van a generar esos espectáculos. Digo yo que también se traen muchos teatros que trabajan o que actúan en esta comunidad, compañías que tienen sus sedes en Madrid. Esto es la misma filosofía. Lo que ha molestado es que por fin alguien se acuerde de esa Cenicienta de la cultura que es la tauromaquia.
- En los últimos años las demandas al gobierno central en materia cultural se han ido repitiendo: la Dama de Elche, la mejora en los presupuestos o llegar a un acuerdo para el cambio de gestión en el Museo de Bellas Artes de València, ¿asumirá usted estas reivindicaciones?
-Vamos a meternos a fondo en lo que es la gestión del dinero. A veces no es tanto pedir más como poder gestionar más con los recursos que tenemos. En cuanto a la Dama de Elche, es de sentido común. ¿Cómo puede ser que se traigan los guerreros de Xi'an y no pueda venir la Dama de Elche con todas las garantías? Es una reivindicación justa, no hay ninguna razón de sentido común para que no se pueda colmar una aspiración que es tan solo que temporalmente venga. El Museo de Bellas Artes es verdad que es un tema un poco particular porque es de titularidad estatal con la gestión está cedida. Es un tema que hay que estudiar con cuidado, no le puedo decir si pensamos que esa reivindicación va a ser positiva o no para el futuro del museo. En cualquier caso, desgraciadamente, aunque lo pensáramos, no creo que tengamos finalmente la llave para cambiar el sistema o el modelo actual y dependerá finalmente del Ministerio de Cultura.